Vivir en Dios, comulgar con Dios, es Yoga. La vida en Dios proporciona la dicha eterna. El Yoga te muestra el camino. El Yoga te une a Dios. El Yoga te hace inmortal.
El Yoga es la vida completa. Es un método que analiza todas las áreas de la personalidad humana.
El Yoga es un sistema integral de educación no solo para el cuerpo la mente y el intelecto, sino también para el espíritu interior.
El Yoga muestra un maravilloso método para elevarte desde la maldad a la bondad, de la bondad a la divinidad y de ésta al esplendor eterno y divino.
El Yoga es el arte de vivir rectamente. El Yogui que ha aprendido este arte de vivir, es feliz, equilibrado, sereno, pacífico y libre de toda tensión.
El Yoga es una ciencia perfeccionada por los antiguos Rishis o sabios de la India, pero el Yoga no pertenece únicamente a la india sino a toda la humanidad. Es una ciencia exacta, un sistema práctico y perfecto de auto-cultura.
El Yoga no pretende dar la espalda ala vida, sino la espiritualización de esta. Es ante todo, un modo de vida y no algo separado de esta. El Yoga no consiste en dejar a un lado la acción, sino en llevarla a cabo de una manera eficiente y con el espíritu adecuado. El Yoga no implica huir del propio hogar ni del ambiente humano, sino un proceso para amoldar la propia actitud al hogar y a la sociedad a través de una nueva comprensión.
El Yoga es para todos. Es universal y no se trata de algo sectario. Es un camino hacia Dios, pero no un credo.
La práctica del Yoga no está reñida con ninguna religión o iglesia sagrada. Es puramente espiritual y universal. No contradice la fe sincera de nadie.
El Yoga no es una religión, sino una ayuda para la práctica de las verdades básicas de todas .las religiones. El Yoga puede ser practicado por cristianos, budistas, musulmanes, sufís e incluso ateos.
Ser un Yogui significa morar constantemente en Dios, viviendo en paz con la humanidad. La unión con Dios es Yoga. Yoga es la unión con todos. Dios habita en todos.
La idea que tiene el principiante de que el Yoga consiste en ejercicios físicos o simplemente en Asanas, Pranayama...etc, es un terrible error. Las Yogasanas, el Pranayama, las Bandhas, los Mudras y los Kriyas no tienen nada que ver con el Yoga verdadero. Todo ello es simplemente considerado como ayudas en la práctica del Yoga.
Muchas personas solo tienen acceso al nivel físico del Yoga, ya que el verdadero Yoga requiere una intensa autodisciplina, unida a un pensamiento intenso bajo la guía de un maestro experimentado. El Yoga promete una bendición supra física y espiritual. Pero no resulta atrayente para el hombre común, que solo desea frutos inmediatos y prosperidad material.
Pureza moral y aspiración espiritual, son los primeros pasos en el camino del Yoga. Quien tiene una mente calmada, fe en las palabras de su Gurú y de los Shastras (escrituras), que es moderado en el comer y en el dormir, quien tiene un intenso y sincero anhelo por la liberación del Samsara-Chakra (rueda de muertes y nacimientos), es una persona cualificada para la práctica del Yoga.
El aspirante en el camino del Yoga, debe tener fe, energía, alegría, valor, paciencia, perseverancia, sinceridad, pureza, ausencia de depresión mental, desapasionamiento, aspiración, concentración, serenidad, autocontrol, veracidad, no violencia ni codicia.
Llevar una vida sencilla y austera es indispensable para el Yoga. El fundamento del Yoga es el autocontrol. La disciplina, tanto física como mental, es la esencia del Yoga.
En la práctica del Yoga se produce una inversión de la actividad normalmente extravertida de la mente. La firmeza de la mente es esencial para esta inversión de la tendencia hacia el exterior del pensamiento. Lo primero que debe hacerse es aquietar y controlar la mente, sólo así será posible cambiar su curso en la dirección opuesta.
Los cuatro caminos principales para lograr la Realización de Dios son: Karma Yoga, Bhakti Yoga, Raja Yoga y Jnana Yoga. El Karma Yoga está indicado para la persona de un temperamento activo, el Bhakti Yoga para la persona de temperamento devocional, el Raja Yoga para la persona de temperamento místico, y el Jnana Yoga para la persona de temperamento racional y filosófico.
La práctica del Yoga no está reñida con ninguna religión o iglesia sagrada. Es puramente espiritual y universal. No contradice la fe sincera de nadie.
El Yoga no es una religión, sino una ayuda para la práctica de las verdades básicas de todas las religiones. El Yoga puede ser practicado por cristianos, budistas, musulmanes, sufís e incluso ateos.
Ser un Yogui significa morar constantemente en Dios, viviendo en paz con la humanidad. La unión con Dios es Yoga. Yoga es la unión con todos. Dios habita en todos.
La idea que tiene el principiante de que el Yoga consiste en ejercicios físicos o simplemente en Asanas, Pranayama...etc, es un terrible error. Las Yogasanas, el Pranayama, las Bandhas, los Mudras y los Kriyas no tienen nada que ver con el Yoga verdadero.
Todo ello es simplemente considerado como ayudas en la práctica del Yoga.
Muchas personas solo tienen acceso al nivel físico del Yoga, ya que el verdadero Yoga requiere una intensa autodisciplina, unida a un pensamiento intenso bajo la guía de un maestro experimentado. El Yoga promete una bendición supra física y espiritual. Pero no resulta atrayente para el hombre común, que solo desea frutos inmediatos y prosperidad material.
Pureza moral y aspiración espiritual, son los primeros pasos en el camino del Yoga. Quien tiene una mente calmada, fe en las palabras de su Gurú y de los Shastras (escrituras), que es moderado en el comer y en el dormir, quien tiene un intenso y sincero anhelo por la liberación del Samsara-Chakra (rueda de muertes y nacimientos), es una persona cualificada para la práctica del Yoga.
El aspirante en el camino del Yoga, debe tener fe, energía, alegría, valor, paciencia, perseverancia, sinceridad, pureza, ausencia de depresión mental, desapasionamiento, aspiración, concentración, serenidad, autocontrol, veracidad, no violencia ni codicia.
Llevar una vida sencilla y austera es indispensable para el Yoga. El fundamento del Yoga es el autocontrol. La disciplina, tanto física como mental, es la esencia del Yoga.
En la práctica del Yoga se produce una inversión de la actividad normalmente extravertida de la mente. La firmeza de la mente es esencial para esta inversión de la tendencia hacia el exterior del pensamiento. Lo primero que debe hacerse es aquietar y controlar la mente, sólo así será posible cambiar su curso en la dirección opuesta.
Los cuatro caminos principales para lograr la Realización de Dios son: Karma Yoga, Bhakti Yoga, Raja Yoga y Jnana Yoga. El Karma Yoga está indicado para la persona de un temperamento activo, el Bhakti Yoga para la persona de temperamento devocional, el Raja Yoga para la persona de temperamento místico, y el Jnana Yoga para la persona de temperamento racional y filosófico.
El Karma Yoga es el camino del servicio desinteresado. El Bhakti Yoga es el camino de la devoción exclusiva al Señor. El Jnana Yoga es el camino de la sabiduría.
El Karma Yoga implica el ejercicio de la voluntad. El Jnana Yoga implica el ejercicio del intelecto y la razón. El Bhakti Yoga implica el ejercicio de la emoción. La voluntad consagra todas sus actividades a través de una total entrega a Dios. El intelecto realiza la gloria y la majestad del Señor. La emoción experimenta la dicha del éxtasis divino.
Las tres verdades eternas son: Jnana, Karma y Bhakti. Dios es amor, bondad y verdad. El Bhakta o devoto experimenta a Dios como amor. El Karma Yogui lo experimenta como bondad y el Jnani como verdad.
Algunos afirman que el único medio para la salvación es la práctica del Karma Yoga. Otros aseguran que la devoción es el único camino para la realización de Dios, y otros más, afirman que solo el camino de la sabiduría y el conocimiento, es el único medio para alcanzar la beatitud final. Pero ero también hay otros que consideran que estos tres caminos son a la vez igualmente eficaces para obtener la perfección y la liberación.
El desarrollo en un único sentido no es recomendable. La religión debe educar y desarrollar al hombre en su totalidad, es decir, tanto su corazón, como su intelecto y sus manos. Sólo entonces
podrá alcanzar la perfección.
El hombre es una extraña y compleja mezcla de voluntad, sentimiento y pensamiento. Ejerce la voluntad para poseer los objetos de sus deseos. Tiene emoción, y por ello siente. Tiene el poder del raciocinio, con el que piensa y razona. En algunas personas predomina el factor emocional, mientras que en otras predomina el factor racional. Así como la voluntad, el sentimiento y el pensamiento no son distintos ni están separados, así también el trabajo, la devoción y el conocimiento no se excluyen mutuamente.
Existen tres defectos en la mente: Mala (impureza), Vikshepa (distracción) y Avarana (velo de ignorancia). La impureza debe ser eliminada con la práctica del Karma Yoga. La distracción, con la adoración o Upasana, y el velo de la ignorancia a través del Jnana Yoga, sólo así será posible la realización del Ser.
Si deseas contemplar tu rostro claramente en un espejo, antes deberás limpiar la suciedad que pueda tener, mantenerlo firme y estable y descorrer la tela que lo cubre. Si deseas contemplar tu rostro reflejado en las aguas de un lago, deberás limpiar sus turbias aguas, esperar que estas se calmen al ser agitadas por el viento y apartar el musgo que flota en su superficie. Así ocurre también con la realización del Ser.
Acción, emoción e inteligencia, son los tres caballos que tiran del carro del cuerpo. Los tres deben actuar al unísono y en perfecta armonía. Solo así el carro rodará con suavidad. Debe producirse un desarrollo integral. Debes desarrollar la cabeza de un Sánkara, el corazón de Budha y las manos de Jánaka.
Solo el Yoga de la síntesis puede crear un desarrollo integral. Solo el Yoga de la síntesis desarrolla la cabeza, el corazón y las manos, conduciendo al aspirante hacia la perfección. Alcanzar un equilibrio armónico en todos los sentidos, es el ideal de la religión, lo cual puede ser logrado a través de la práctica del Yoga de la síntesis.
Contemplar al Ser único que mora en todos los seres es Jnana o sabiduría. Amar al Ser es Bhakti o devoción. Servir al Ser es Karma o acción. Cuando el Jnana Yogui alcanza la sabiduría, logra al mismo tiempo la devoción y acción desinteresada. El Karma Yoga es para él, la expresión espontánea de su naturaleza espiritual, ya que contempla al Ser en todos. Cuando el devoto alcanza la perfección de la devoción, también posee la sabiduría y la actividad. El Karma Yoga también es para él, la expresión espontánea de su naturaleza divina, ya que contempla al único Señor en todas las cosas.
El Karma Yogui alcanza la sabiduría y la devoción cuando sus acciones se vuelven absolutamente desinteresadas. Los tres caminos constituyen de hecho uno mismo, en el que estos tres temperamentos distintos, enfatizan uno u otro de sus elementos inseparables. El Yoga proporciona el método por el cual se puede contemplar, amar y servir al Ser.
Hoy en día, la vida está llena de tensión, estrés, esfuerzo, irritabilidad nerviosa, pasión y prisa. Si el hombre pusiera en práctica algunos de los más elementales principios del Yoga, estaría mejor equipado para enfrentarse a su compleja existencia.
El Yoga proporciona perfección, paz y felicidad duradera. A través de la práctica del Yoga, podrás disfrutar de calma mental en todo momento. Tendrás un sueño apacible. Podrás incrementar tu energía, vigor, vitalidad y longevidad, así como disfrutar de un elevado nivel de salud. Podrás llevar a cabo eficientemente tu trabajo en corto periodo de tiempo. Podrás alcanzar el éxito en todo camino de la vida. El Yoga te infundirá una fortaleza, una confianza y una seguridad nuevas. Tu cuerpo y tu mente se hallarán completamente a tu disposición.
El Yoga controla tus emociones e incrementa tu poder de concentración durante el trabajo. La disciplina yóguica proporciona quietud y tranquilidad, y rehabilita la vida de forma milagrosa. La forma de vida yóguica amplía el entendimiento humano y capacita al hombre para conocer a Dios y su propia relación con El.
El Yoga conduce de la ignorancia a la sabiduría, de la debilidad a la fortaleza, de la inarmonía a la armonía, del odio al amor, de la necesidad a la plenitud, de la limitación a lo infinito, de la diversidad a la unidad y de la imperfección a la perfección. El Yoga proporciona esperanza al que sufre y al abandonado, fortaleza al débil, salud al enfermo y sabiduría al ignorante.
A través de la disciplina yóguica, la mente el cuerpo y el habla actúan conjuntamente en armonía. Aquel que practica el Yoga, ve como su vida se transforma esencialmente con una nueva visión, una nueva salud, una nueva consciencia y una nueva filosofía.
La codicia de poder, la avaricia material, la excitación sexual, el egoísmo, la pasión por las riquezas y los apetitos inferiores, han hecho caer al hombre desde su verdadera vida en el espíritu hasta la vida materialista. Pero puede reconquistar su perdida ' gloria divina si practica con sinceridad los principios del Yoga. El Yoga transmuta la naturaleza animal en naturaleza divina, elevándole hasta la cima de la gloria y el esplendor divinos.
Conseguir el éxito en el Yoga, está dentro de las capacidades de cualquier persona. Lo que se requiere es una devoción sincera y Abhyasa, o una práctica constante y regular.
El crecimiento espiritual es algo: gradual, es una evolución progresiva. No debes caer en una enfebrecida prisa por conseguir hacer grandes proezas yóguicas ni por alcanzar el Nirvikalpa Samadhi (estado de superconsciencia) en dos o tres meses.
Los sentidos deben ser completamente subyugados. Se deben cultivar las virtudes divinas, y erradicar las cualidades negativas. La mente debe estar completamente controlada. Todo esto constituye una dura y árdua tarea. Se trata de un trabajo contra corriente. Deberás practicar rigurosas Tapas (austeridades) . y Meditación, esperando pacientemente los resultados. Tendrás que ascender la escalera del Yoga peldaño a peldaño, y avanzar por el sendero espiritual paso a paso.
Trás haber logrado la perfección en el Yoga, se puede salir al mundo sólo cuando uno no se siente afectado en lo más mínimo por las corrientes hostiles y desfavorables de éste. Muchas personas salen al mundo, antes de haber logrado la perfección en el Yoga, para demostrar sus poderes menores en nombre del servicio a la humanidad y obtener fama. Por ello, se han visto rebajadas hasta un nivel incluso más inferior que el de las personas mundanas.
Si un Yogui no tiene cuidado y no está firmemente establecido en la práctica de Yama y Niyama, se verá arrastrado inconscientemente lejos de su ideal por la tentación, Mara o Satanás. Utiliza entonces sus poderes con fines egoístas y sufre una caída sin esperanza. Su intelecto se ciega, se pervierte y se intoxica. Su entendimiento se nubla y deja de ser un Yogui Divino, convirtiéndose en un brujo negro o en un charlatán yóguico. Es como la oveja negra en el rebaño de los Yoguis y representa una amenaza para la sociedad en general.
Muchas personas son atraídas a la práctica del Pranayama y otros ejercicios yóguicos, pensando que a través del Yoga se logran curaciones psíquicas, telepatía, transferencia del pensamiento y otros grandes Sidhis o poderes. Pero si alcanzan el éxito, no deben quedarse ahí. La meta de la vida no consiste en curar ni en obtener Sidhis. Deben utilizar sus energías para alcanzar la meta más elevada.
El objetivo del Yoga no es obtener Sidhis, si un estudiante yóguico se siente tentado por conseguirlos, su progreso se verá dañado y retardado, y se extraviará de su camino.
El Yogui que permanece concentrado en alcanzar el más elevado Samadhi, debe rechazar los Sidhis siempre que se le aparezcan. Estos, son tentaciones de los Dévatas. Solamente rechazándolos se puede lograr el éxito en el Yoga.
No interrumpas tu Sádhana (practica espiritual) cuando tengas algunos destellos o experiencias. Continúa tu práctica hasta que alcances la perfección. No la interrumpas para moverte en el mundo. Muchas personas han arruinado sus vidas de este modo. Un mero destello no puede proporcionarte la auténtica seguridad.