La Esencia del Yoga

LA ESENCIA DEL YOGA

Por Swami SIVANANDA


La buena salud es tu mayor activo. Incluso para las actividades espirituales, la buena salud es un requisito previo. "Nayan Atma Balaheenena Labhyad". Este Atman no es alcanzado por los débiles, es la enfática declaración de los Srutis. Sin buena salud, no se puede librar una guerra contra los turbulentos sentidos y la mente bulliciosa.

Asana es la tercera Anga (rama) del Ashtanga Yoga. La práctica de asanas desarrolla el cuerpo y el practicante está ágil y diestro. Cualquier enfermedad es eliminada desde su origen por la práctica de Asanas. Los tres órganos importantes, a saber, el corazón, los pulmones y el cerebro y el sistema cerebroespinal se mantienen en una condición saludable por su práctica regular. La fuerza vital también se conserva y aumenta.

Pranayama es el control de la respiración. El prana (energía vital) está relacionado con la mente, y a través de la mente con la voluntad y a través de la voluntad con el alma individual, y a través de ésta con el Alma Suprema. Si sabes cómo controlar las pequeñas ondas de Prana que trabajan a través de la mente, entonces el secreto de subyugar el Prana universal te será revelado. El Pranayama es el medio por el cual los Yoguis tratan de alcanzar la perfección obteniendo todos los poderes del universo.

La relajación es una ciencia exacta. Se puede aprender muy fácilmente. La relajación de los músculos es tan importante como su contracción. Todos los yoguis del pasado han hecho gran hincapié en la relajación. Durante la relajación, los músculos, los nervios y la mente deben estar en perfecto reposo. Los beneficios del ejercicio yóguico se completan sólo con la práctica de la relajación.

La dieta que conduce totalmente a la práctica del Yoga y a la práctica espiritual se llama dieta Yóguica. La dieta tiene una íntima conexión con la mente. La mente se forma de la porción más sutil del alimento. Un principiante debe ser cuidadoso en la elección de alimentos de naturaleza sáttvica.

La práctica de Brahmacharya (celibato) es la base para adquirir la inmortalidad. Brahmacharya trae progreso material y avance psíquico. Es un sustrato para controlar las fuerzas Rayásicas internas, a saber, Kama (deseo, pasión), Khoda (ira, cólera), lobha (codicia, avaricia), etc. Da tremenda energía y gigantesca fuerza de voluntad y buena Vichara Shakti.

Japa es un Anga importante del Yoga. Un Mantra es la Divinidad. Es el Poder Divino manifestándose en un órgano sonoro. Japa es la repetición del Mantra o los nombres del Señor. Durante el Kali Yuga (la era presente, época oscura), sólo la práctica de Japa puede dar Paz eterna, Dicha e Inmortalidad. El Japa tiene como resultado final el Samadhi o comunión con el Señor.

Sankirtan es el canto de los nombres del Señor con fe y devoción. Cuando cantas Sus nombres, siente que el Señor Hari o que tu Ishta Devata está sentado en tu corazón, que cada nombre del Señor está lleno de Potencias Divinas, que los viejos Samskaras (influjos prenatales) y vasanas (la impresión de las acciones que permanecen de forma inconsciente en la mente) viciosos son quemados por el poder del nombre y que la mente se llena de Sattva o pureza, que Rajas (el principio de dinamismo de la naturaleza que provoca todos los cambios) y Tamas (ignorancia, inercia) son completamente destruidos, y que el velo de la ignorancia es rasgado. Este tipo de actitud mental trae el máximo beneficio del Sankirtan. No es el número de Japa o la duración del Kirtan lo que cuenta para el crecimiento espiritual, sino la intensidad del Bhava (sentimiento y estado de ánimo correctos) con el que se cantan Sus Nombres.

La concentración consiste en fijar la mente en cualquier punto, externo o interno. No puede haber concentración sin algo sobre lo que la mente pueda descansar. Los sentidos te distraen y perturban tu paz mental. Cuando los rayos de la mente son recogidos por la práctica de la concentración, obtendrás Ananda (dicha, alegría) perfecto y armonía interior. Serás capaz de mantener el equilibrio de la mente en todo momento y bajo cualquier circunstancia.

La meditación es el flujo de pensamiento continuo en una sola cosa, Dios o Atma. Es mantener siempre una sola idea de Dios, como un flujo continuo de aceite de una botella a otra (Taila Dharavat). La meditación sigue a la concentración.

Retírate a un lugar tranquilo donde no temas interrupciones para que tu mente se sienta segura y en reposo. Coloca una foto de tu Istham (La forma particular de Dios a la que uno es devoto) en la habitación. Extiende la Asana (alfombrilla para sentarse) delante de la foto y siéntate en Padma, Siddha o Sukhasana. Mantén la cabeza, el cuello y el tronco erguidos. Cierra los ojos y concéntrate suavemente en el Trikuti (espacio entrelas dos cejas), el loto del corazón, la punta de la nariz o la coronilla. Piensa apaciblemente en tu Ishtam. Repite lentamente tu Guru Mantra. Calma los pensamientos burbujeantes. Practica la meditación dos veces al día regularmente. Disfrutarás de la dicha suprema. La meditación conduce al conocimiento del Ser que trae la paz y la dicha suprema. La meditación te prepara para el Samadhi, para la experiencia interna o el conocimiento intuitivo directo.

Camino de la Paz


El contentamiento es la verdadera riqueza. El contentamiento es la riqueza natural porque da paz mental. El contentamiento es un centinela en el ámbito de Moksha (liberación de la esclavitud del Karma y de la rueda del nacimiento y la muerte). Si le haces compañía, si te haces amigo de él, te presentará a sus amigos, los otros tres centinelas: Satsanga (Relacionarse con sabios), Atma-Vichara (lindagación del Ser) y Shanti (Paz). Entonces podrás entrar muy fácilmente en el ilimitado reino de Moksha.

Si ganas cien rupias al mes, no te compares con un hombre que gana quinientas al mes. Si te comparas, te sentirás descontento. Esto perturbará la paz de la mente. Compárate con un hombre que gana sólo veinticinco al mes. Da gracias a Dios por proporcionarte esta situación. Tus deseos no tienen fin. Sólo el contentamiento puede calmar tu inquieta mente. No hay mayor riqueza que la satisfacción. Las ambiciones mundanas son vanas. Apunta alto. Apunta a alcanzar a Brahman (la Realidad Absoluta). Ten esta suprema ambición espiritual. Las ambiciones mundanas te llevarán al dolor, la tristeza y la decepción.

Si ganas dinero con el sudor de tu frente, nunca podrás hacerte rico. La riqueza no puede adquirirse sin cometer pecado. No te servirá de nada después de tu muerte. Artha ( la riqueza) es Anartha ( la maldad). Ganar dinero es doloroso. Si disminuye, también es doloroso. Conservarlo es doloroso. Perderlo es aún más doloroso. La riqueza es la fuente de todo tipo de dolores.

Asegura tu vida con Dios. Confía sólo en Él. Todas las demás compañías de seguros fallarán, pero esta Compañía divina no fallará. No necesitas pagar ninguna prima a esta compañía divina. Sólo tendrás que amar a Dios. Sólo tendrás que darle tu corazón.

Este cuerpo físico viene, se mantiene y se va. Es una combinación de cinco elementos. Es insensible. Tiene un principio y un fin. Este Atman puro o el Ser ni viene ni va. ¿Por qué te lamentas por él? Hijo mío, tú eres la inteligencia pura.

Comprende la verdadera naturaleza de Atman o el Ser Superior. Él es inalterado por los Karmas, el dolor, las aflicciones y el pecado. Él es uno, eterno, sin cuerpo, que todo lo penetra, independiente, inmutable, auto-luminoso, auto-existente, autosuficiente.

El Atman no tiene conexión con el Karma. Él no es Anga del Karma. El Atman no es un efecto, producto o modificación. No es algo que deba ser alcanzado ni algo que deba ser refinado. No es un ejecutor ni el que disfruta. Él es siempre el testigo silencioso o Sakshi.

La autorrealización eliminará Avidya o ignorancia, las causas fundamentales de los sufrimientos humanos y producirá en ti el conocimiento de la unidad del Ser, que es el medio para erradicar el dolor, la ilusión, la terrible enfermedad del nacimiento y la muerte, los elementos del proceso de Sansara (El proceso de la vida mundana) o del mundo.

Abandona la ilusión de la acción, de la propiedad de los objetos y de la diferenciación entre ese hombre o este otro. "Yo" "Tú" "Él". Pronto alcanzarás Jñana (conocimiento, sabiduría). Los deseos surgen a partir de la no-discrinación (Aviveka). Los deseos se extinguirán con el despertar de la discriminación. Aprende a discriminar entre lo real y lo irreal. Que tu viaje sea rápido en el reino de la dicha eterna de Moksha.

Mantente firme sobre la roca de la verdad o Brahman. Aférrate firmemente a tu realidad, el Atman o Alma autoluminosa e inmortal. Mira el universo como tu propia forma completa. Sólo cuando el conocimiento del Ser amanezca en tu corazón, podrás liberarte de los renacimientos y llegar a ser idéntico al Ser Supremo. Equípate con los cuatro medios. Escucha los Srutis (los Vedas), reflexiona, medita y realízate. Que puedas convertirte en un sabio.

Dentro de ti hay un gran caudal de poder. Dentro de ti está la fuente de la dicha. Todas las facultades están latentes en ti: el ser interior es el alma inmortal. Eres idéntico al Ser Supremo. Comprende esto y sé libre. Despliega tus facultades latentes a través de la meditación. Aprovecha la fuente. Sumérgete en lo más profundo de tu ser y saca a la luz la energía átmica. Sé valiente. Sé alegre.

La realización de rituales no puede eliminar Avidya o ignorancia que es la causa raíz del Samsara; pero puede purificar el corazón cuando se hace con Nishkamya Bhava (sin deseos). Sólo el conocimiento del Atma es el medio de desarraigar la ignorancia y sus efectos.

El conocimiento del Ser sólo puede alcanzarse por la gracia del Guru o preceptor espiritual. El conocimiento se transmite del preceptor al discípulo.
El conocedor de Brahman se convierte en Brahman mismo. Habiéndose convertido en Brahman mientras aún está vivo, se libera de la rueda de nacimientos y muertes. Sólo el conocimiento de Brahman es el medio de emancipación o Moksha.

La destrucción de las Vasanas (Vasanakshaya = Aniquilación de los deseos sutiles) produce la destrucción de la mente (Manonasha). Cuando la mente es aniquilada, todas las impresiones residuales (Samskaras) también son destruidas. Entonces uno alcanza Jivan-mukti o la liberación final.
Grandes Rishis y sabios de antaño como Yajnavalkya, Uddalaka adquirieron el conocimiento del Ser que es un medio para asegurar la plenitud más elevada a través de la meditación profunda e intensa.

La autorrealización no se consigue mediante la discusión o el estudio de muchos libros. Siéntate en silencio y mira en tu interior. Alcanzarás la autorrealización.
Bhakti (devoción) culmina en Jnana. Para-Bhakti y Jnana son uno. Bhakti comienza siendo dos y termina en uno. El Bhakti Yoga es lo más adecuado para la inmensa mayoría de las personas. Cultiva este Bhakti a través de Japa, Kirtan, Satsanga, servicio de Bhaktas. No hay nombre más grande que el Ram-nama (el nombre de Rama). Refúgiate en este nombre, obtén la gracia de Rama y disfruta de la dicha eterna.

Que puedas convertirte en un superhombre. Moksha es la liberación de los nacimientos y las muertes. Es el logro de la dicha eterna. No tiene ni espacio ni tiempo en sí mismo; ni hay en él estado alguno externo o interno. Estás destinado a alcanzar Moksha o la emancipación final. Moksha es tu meta. Mata a este pequeño "yo" o egoísmo a través de la pregunta ¿quién soy yo? alcanzarás Moksha y brillarás como un emperador de este mundo. ¡Que alcances Moksha en este mismo nacimiento!
Om Tat Sat.

(Mantra que expresa la identidad del individuo y el Brahman Universal)

La Verdad acerca del Yoga

Por Swami Chidananda

En sánscrito, la definición básica de la palabra “Yoga”, es el estado de unión con lo Divino, o experiencia  de unidad con la gran realidad. Por tanto, Yoga representa la experiencia de la verdad, la conciencia de la realidad, la unión con lo Divino.

También hay otra definición o significado para el término Yoga. Es un conjunto de técnicas prácticas, científicamente e inteligentemente dispuestas con el fin de que el hombre arroje de su interior todas las impurezas que le dejan (por naturaleza) el cuerpo, la mente y los sentidos, a la vez que le ayudan a concentrar todos sus pensamientos hacia los Supremo. Resumiendo, Yoga significa cualquier medio que el hombre emplee para purificar su naturaleza inferior, para controlar sus sentidos y dirigir su mente hacia Dios, para profundizar interiormente en la adoración de lo Divino, y finalmente para realizar su eterna identificación con la conciencia Divina.

La aplicación del Yoga es universal. Puede aplicarse dentro de cualquier religión. Yoga trasciende toda religión. Va más allá de todo dogma o doctrina. Es suprareligioso. La duración y extensión de su aplicación es inconmensurable en cualquier época y en toda la humanidad. Voy a intentar explicar la importancia que el Yoga representa para toda persona de esta gran era que es el siglo veinte.

En primer y destacado lugar, hay que tener presente que el Yoga no es una mera acrobacia. Hay gente que supone que el Yoga solamente concierne al cuerpo físico y a ciertas posturas como ponerse cabeza abajo, torcer o arquear la columna o asumir otras posturas similares que frecuentemente se ven expuestas en los libros de Yoga.

Estas técnicas (llamadas Hatha Yoga) y su empleo, son correctas, pero cabe distinguir que no forman en sí mismas un Yoga completo. Como mucho, estas posturas físicas sirven de auxiliar para la práctica del Yoga, o bien se les considera como forma de Yoga auxiliar menor.

En segundo lugar, quiero decir que el Yoga no va encaminado a conseguir fines mágicos. Digo esto de forma especial debido a la confusión que existe acerca del Yoga y que ha sido creada por algunos pseudo-yoguis. A veces sucede que una cosa buena puede corromperse muy fácilmente en manos de gente depravada. Ha sucedido siempre en todas la épocas y a lo largo de la historia. Gente que deliberadamente mistifican todo lo concerniente al Yoga, ocultando tras ello algún propósito egoísta. La consecuencia de ello es la distorsión de la verdad sobre ésta sagrada ciencia. Por lo tanto, no tengo ningún reparo en aclarar francamente que, no todo lo que lleva el rótulo de “Yoga” es realmente Yoga. Porque, ciertamente, el objetivo del Yoga no es ni la magia, ni los poderes sobrenaturales, ni cosas por el estilo.

El Yoga tampoco tiene nada que ver con las  torturas físicas de esos fakires que impresionan a los turistas tumbándose en camas de clavos, tragando cristales rotos o pinchándose con afiladas navajas.

El Yoga tampoco tiene nada que ver con cualquier tipo de ceremonia o rito particular. Yoga no es hedonismo, ni paganismo, ni quiromancia. Tampoco es ninguna profesión. Ninguna adivinanza futurista o lectura del pensamiento, ni ritos para prevenir el mal influjo de cosas malignas, ni tampoco exorciza nada. Nada de todo eso es Yoga. Y cuando os encontréis con alguna persona que se llame a sí misma “yogui” y demuestre su maestría exhibiendo alguna de estas inadecuadas facetas que he descrito, estará desfigurando el término “YOGA” ya que no es un auto-hipnotismo ni auto-hipnosis. No tiene nada que ver con encantamientos ni monótonas gesticulaciones. El Yoga tampoco es ninguna experiencia que pueda obtenerse ingiriendo ácidos, drogas o peyotes. Estas experiencias no tienen nada que ver con el Yoga, ni son fruto del Yoga.

El Yoga no es un culto religioso, aunque es cierto que existen ciertos conceptos orientales en él. Pero estos conceptos no están relacionados con la evolución de esta ciencia.

El Yoga, se compone de unas técnicas y prácticas altamente evolucionadas que pueden ser aplicadas a personas de cualquier raza, nación, credo,  iglesia o secta y que han sido formadas como definiciones filosóficas.

En esta ciencia, encontramos muchos conceptos metafísicos que pertenecen a la cultura hindú y a Oriente, pero el Yoga es algo separable de este soporte o pizarra, es una ciencia de un valor práctico y universal.

En esencia, el Yoga es una materia espiritual, a la que conciernen métodos espirituales. Es una práctica intensa para aproximarse a la realización de la suprema Realidad. El verdadero centro de toda vida, Dios. Esta es la herencia que pertenece a toda la humanidad.

Mi amado Gurudev Swami Sivananda Maharaj, acostumbraba a contar una bella parábola para realzar la importancia y verdad del Yoga:

“Había en la jungla un gran árbol. En el extremo de una de sus altas rama había un gran panal de miel. Pero ascender hacia la cumbre del árbol era algo muy difícil. Se podían cortar escalones o huecos en el árbol para trepar por él, aunque ello requiera una gran paciencia y un fatigoso trabajo.

Un envidioso que deseaba poseer la miel sin demasiado esfuerzo por su parte, empezó a subir por el árbol con la ayuda de un afilado gancho. El hombre era demasiado perezoso para tallar escalones en el tronco del árbol y pensó que el gancho sería suficiente para llegar a la cumbre. Pero cuando faltaban pocos metros para llegar a ella, un violento viento quebró el gancho y el hombre cayó a tierra fracturándose varios huesos.”

Similar es el caso de aquellos que tratan de ascender el árbol del Yoga (el camino Divino) para alcanzar la miel de Moksha (liberación) con la ayuda de los Kamya Karmas (acciones producidas por deseos o motivos egoístas), e intentan encontrar un atajo. El camino del Yoga se extiende por todo el tronco de la Divinidad. Tienes que tallar escalones en él a cada paso con tu esfuerzo, el esfuerzo es el Sadhana (práctica espiritual). Tendrás que ascender paso a paso, tendrás que  empezar a remontar comenzando por Yama, Niyama, Asana, Pranayama, Prathyahara, Dharana y Dhyana, para finalmente alcanzar la cúspide del árbol: el Samadhi. No hay atajos posibles para llegar hasta ahí. No puedes evadirte de tu responsabilidad. Aunque intentes subir con la ayuda de tus Kamya-Karmas o acciones hechas con interés egoísta, a pesar de que estas acciones parezcan potentes, no tienen suficiente fuerza para elevarte a las alturas del Yoga. Cuando el viento de los deseos ruge, clamando por los objetos de este mundo y por los placeres del paraíso, el gancho del Karma se rompe ocasionando una terrible caída.

Oh hombre!, las acciones egoístas no te llevarán a la meta del Yoga. Solo te pueden ayudar tus acciones inegoistas. El Sadhana es algo mucho más austero. El camino es largo y su ascensión es muy dura.  Pero una vez alcanzada la cumbre podrás beber el néctar de la inmortalidad y de la eterna gloria.

Hay varios sistemas de Yoga, los cuales trataré brevemente de describir. El primero de ellos es el sistema intelectual, en él, el hombre emplea sus facultades humanas en este supremo ejercicio: la realización de la verdad. Es conocido con el nombre de Jnana Yoga o Yoga del intelecto. Se empieza escuchando una exposición de la naturaleza de Dios, adquiriendo la comprensión de la Realidad.

El segundo sistema es conocido por el nombre de Bhakti Yoga, Yoga de la devoción o del amor. Este es un camino muy dulce y fácilmente asequible para personas de temperamento emocional. En él se asciende a una más íntima relación con el Supremo Ser por medio del constante recuerdo, la plegaria, la adoración, el sentimiento de sentirse cerca de Él, viviendo, moviéndose y sintiéndose como un solo ser con Él. Donde hay amor puro se crea un lazo de unión entre Dios y el devoto.

El tercer sistema consiste en dedicar a Dios todas las actividades y fases de la vida. Teniendo por base la acción altruista o servicio desinteresado. Se le conoce con el nombre de Karma Yoga. El primer y crucial acto en este sistema es la erradicación del ego. Cuando el ego personal se disuelve, uno ve a todas las criaturas de la tierra como una manifestación visible de Dios, como templos móviles donde Dios tiene su altar. De esta manera el servicio al prójimo sobreviene de manera natural y fácil, y cada acto humano se transforma en un acto de adoración. Ocupado en en esta transmutación de la acción en realización divina, el devoto siente que allá donde esté está adorando a Dios.

El maestro en la escuela, el doctor en el hospital, el granjero en sus campos, el hombre de negocios en su oficina, cada cual ocupado en su actividad profesional puede transmitir este dinamismo en pura devoción, adoptando una actitud humilde, una actitud de adoración.

En el cuarto sistema el hombre se ocupa en un proceso muy especial, en el que cada pensamiento queda sumergido en Dios. Así uno se vuelve cada vez más consciente de que Dios es el centro del Ser. Este también es un camino muy hermoso. Se le conoce como Raja-Yoga o Yoga de la concentración y meditación. El pensamiento es algo así como mente en movimiento. Este movimiento es producido por la moción de la fuerza vital llamada Prana, que mueve mente y cuerpo. Prana, mente, cuerpo y pensamiento están interconectados. El control de la energía interna puede obtenerse practicando  las técnicas de control de la respiración. Y, por último, todos los rayos esparcidos de la mente se recogen e interiorizan, desde la multiplicidad del universo hacia la única idea de Dios. En este proceso culminante el hombre se alza por encima del nivel de la mente, para entrar en el estado de supra-consciencia. En este estado el hombre experimenta su unidad con Dios y se libera para siempre de toda atadura del cuerpo e incluso de la muerte.

 

 

 

Los cuatro yogas

Requisitos para una vida yóguica

Pureza moral y una verdadera aspiración espiritual, son  los primeros pasos en el camino del Yoga. Aquel que tiene una mente calmada, fe en las palabras de su Maestro y en las escrituras, que es  moderado en comer y en dormir, y que posee un intenso anhelo por liberarse de la cadena de nacimientos y muertes, es una persona apta para la práctica del Yoga.

Un aspirante en el camino del Yoga deberá tener fe, energía, ánimo, coraje, paciencia, perseverancia, sinceridad, pureza, optimismo, desapasionamiento, aspiración, concentración, serenidad, autocontrol, veracidad, no violencia y  generosidad.

Una vida austera y simple es indispensable para el Yoga. El fundamento del Yoga es el autocontrol. La disciplina tanto física como mental es la esencia del Yoga.

En la práctica del Yoga hay un cambio en la tendencia natural de la mente, la cual está moviéndose constantemente hacia los objetos externos. La firmeza mental, es esencial para invertir el constante fluir habitual de la mente.  Ante todo es necesario aquietar y controlar la mente, si nó será imposible cambiar su curso en la dirección opuesta.

Los cuatro senderos

Las cuatro principales vías para la Realización de Dios son: Karma Yoga (el camino de la acción sin deseo), Bhakti Yoga (la vía de la devoción y el Amor Divino) Jnana Yoga (el Yoga del autoconocimiento) y Raja Yoga (el Yoga del control mental). El Karma Yoga es apropiado para las personas con un temperamento activo, el Bhakti Yoga para las personas con un temperamento devocional, Raja Yoga es para aquellos que tengan un temperamento místico y el Jnana Yoga es para personas con una naturaleza racional y filosófica.

Karma Yoga es el camino del servicio desinteresado y el desarrollo de la voluntad. Bhakti Yoga es la vía de la exclusiva devoción al Señor y la canalización de las emociones hacia la Divinidad. Jnana Yoga es el camino de la Sabiduría y el Discernimiento (VIVEKA).  Raja Yoga es la senda del autocontrol. Jnana Yoga es el camino de la Sabiduría y el Autoconocimiento.

La voluntad consagra todas las actividades con una completa entrega a Dios, el intelecto realiza Su gloria y majestuosidad. La emoción experimenta la dicha del éxtasis divino. Las tres verdades eternas son: Jnana, Karma y Bhakti. Dios es verdad, bondad y amor. Dios es experimentado por el devoto a través del amor, el Karma Yogui  a través de la bondad y el Jnana Yogui por la verdad.

Algunos sostienen que la práctica del Karma Yoga es el camino de la salvación, Otros, que la devoción al Señor. es el único medio para la autorrealización. Algunos creen que la sabiduría es el único camino para alcanzar la beatitud final. Aún hay otros que afirman que la unión de los tres senderos es igualmente eficaz para  alcanzar la perfección y la liberación.

Yoga de Síntesis

No es recomendable un desarrollo unilateral. La religión debe educar y desarrollar la totalidad del hombre (corazón, intelecto y mano). Sólo entonces alcanzará la perfección.

El hombre es una extraña y compleja máquina de deseos, sentimientos y pensamientos. Desea la posesión de los objetos de sus deseos. Tiene emociones y por tanto siente.

Tiene raciocinio y por tanto, piensa y racionaliza. En algunos, el elemento emocional puede predominar, mientras que en otros el elemento racional puede dominar. Así como deseos, sentimientos y pensamientos no son algo distinto y separados, del mismo modo, trabajo, devoción y conocimiento no son exclusivos de uno u otro.

En la mente hay tres defectos: impureza, distracción y el velo de la ignorancia. La impureza debe ser eliminada por la práctica del Karma Yoga. La distracción debe ser eliminada por la devoción. El velo debe caer por la práctica del Jnana Yoga. Sólo después, la realización es posible. Si quieres ver tu cara con claridad reflejada en el espejo, debes quitar el polvo, mantenerlo firme, y luego quitar la cobertura también. Sólo puedes ver tu rostro reflejado claramente en el agua del lago si lo turbio es apartado, si el agua que es agitada por el viento se calma y si quitas el musgo que está flotando en la superficie.

Acción, emoción e inteligencia son los tres caballos que están ligados al carruaje del cuerpo. Ellos deben trabajar en perfecta armonía y unión. Sólo entonces el carro se deslizará suavemente. Debe ser un desarrollo integral. Deberás tener la mente de Sankara, el corazón de Buda y las manos de Janaka.

Sólo el Yoga de la Síntesis brindará un desarrollo integral. Sólo él, te ayudará a desarrollar la mente,  el corazón y las manos y te conducirá a la perfección. El ideal de la religión es saber moverse en armonía y equilibrio en todas las direcciones. Esto puede lograrse por la práctica del Yoga de la Síntesis.

Contemplar la unidad del  Ser en todo,
es Jnana, (sabiduría) Amar al Ser es Bhakti.
Servir al Ser es Karma, acción.

Cuando el Jnana Yogui obtiene la sabiduría, está también dotado con devoción y servicio altruista. Karma Yoga es para él una expresión espontánea de su naturaleza espiritual, ya que él ve la unidad del Ser en todo. Cuando el devoto alcanza la perfección en la devoción, posee también la sabiduría y actividad. Por eso también Karma Yoga es una expresión espontánea de su naturaleza divina, ya que él contempla la unidad del Ser por doquier. El Karma Yogui alcanza la sabiduría y la devoción cuando sus acciones son enteramente desinteresadas. Las tres sendas son, en efecto, una sola en la que los tres diferentes temperamentos enfatizan uno u otro de estos constituyentes inseparables. Yoga proporciona el método por el cual el Ser puede ser contemplado, amado y servido.